Gran mina de tierras raras en Groenlandia se detendría con nueva legislación

La mina Kvanefjeld, en Groenlandia, que contempla uno de los depósitos de tierras raras más grandes del mundo, podría detener su desarrollo; ya que el nuevo gobierno se encuentra preparando una legislación para prohibir la extracción de uranio en el territorio.

Lo que sucede es que esta unidad, propiedad de Greenland Minerals, contiene no solo gran cantidad de metales de tierras raras, sino también uranio radiactivo. Por ello, justamente, los lugareños de la ciudad de Narsaq, que se ubica próxima a la mina, teme un posible daño al medio ambiente del lugar.

Ya desde antes de su llegada al poder, el nuevo gobierno de corte izquierdista de Groenlandia, se mostraba contrario al desarrollo de Kvanefjeld; pues una de sus propuestas consistía en prohibir la exploración de depósitos con una concentración de uranio superior a 100 ppm, como el que existe en esta mina de tierras raras. Dicha marca también tiene respaldo en la Asociación Nuclear Mundial, ya que la considera de muy baja ley.

En una entrevista con Reuters, el ministro de recursos minerales local, Naaja Nathanielsen, manifestó la posición del gobierno.

“Lo que sabemos es que la radiación de fondo en Narsaq y sus alrededores es bastante alta, lo que significa que el proyecto chocará con la próxima política de tolerancia cero sobre la extracción de uranio”.

Ahora, cabe señalar que la mina de tierras raras Kvanefjeld ya cuenta con la aprobación preliminar desde el año pasado. En efecto, se estimaba que este año pudiera recibir la aprobación final, pero el cambio de gobierno lo impidió.

Fuerte inversión en la mina de tierras raras Kvanefjeld

Por otro lado, John Mair, presidente ejecutivo de la minera, indicó que la compañía ya invirtió más de US$100 millones en la preparación del proyecto. Además, en entrevista con Reuters, confió en que su compañía aún tiene el «derecho válido de obtener una licencia de explotación”; sobre todo, porque se basa en las leyes actuales de Groenlandia.

No obstante, el ejecutivo de la mina de tierras raras dijo que todavía era demasiado pronto para pensar en tomar acciones legales. “Como empresa pública (en bolsa), debemos proteger los intereses de los accionistas en caso no se encuentre una solución práctica”.

Por su parte, Nathanielsen recordó que existe una cláusula de 2013 en el contrato con la compañía que ampara su posición. Dicha clausula señala que la empresa “no tiene derecho a una licencia de exploración y que se puede rechazar debido a razones políticas”.