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salud

Nueva superficie de cobre que mata bacterias 100 veces más rápido que la estándar

Lucha contra las superbacterias resistentes a los antibióticos.

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Un grupo de investigadores de la Universidad RMIT de Australia y la agencia científica nacional CSIRO han desarrollado una superficie de cobre con la particularidad de poder matar las bacterias 100 veces más rápido y de manera más eficaz que el cobre estándar.

Este descubrimiento daría un importante paso adelante en la lucha contra las superbacterias resistentes a los antibióticos.

Según Ma Qian, científico que forma parte del grupo desarrollador, explica y compara la acción de este producto.

“Una superficie estándar matará aproximadamente el 97% del estafilococo dorado en cuatro horas”, comenta. En cambio, la superficie que ellos desarrollaron aumenta la eficacia y su rapidez notablemente; pues en su superficie de cobre, “se destruyó más del 99,99% de las células en solo dos minutos”.

Además, precisa que para alcanzar esa efectividad superior en 120 veces más, no se necesita añadir algún medicamento.

“Nuestra estructura de cobre ha demostrado ser notablemente potente para un material tan común”, enfatizó.

Utilidades de la nueva superficie de cobre

Los investigadores apuntan a diversas áreas de uso, como por ejemplo, se puede aplicar en las manijas de las puertas antimicrobianas. De igual modo, esta solución de cobre se aplicaría en toda superficie táctil de escuelas, hospitales, hogares y transporte público.

Además, una vez desarrollada, se puede aplicar en filtros de respiradores antimicrobianos o sistemas de ventilación de aire. Incluso, destaca Qian, en las mascarillas faciales, como las que usamos hoy en día.

Justamente, el equipo se encuentra investigando la efectividad del cobre mejorado en la lucha contra el SARS-CoV-2.

¿Cómo se desarrolló este producto de cobre?

La revista Biomaterials publicó un artículo en el que el grupo de científicos explica cómo creó este producto. Según cuentan ahí, para esta superficie se utilizó un proceso especial de fundición en molde de cobre; con el cual hicieron una aleación, ordenando los átomos de cobre y manganeso en formaciones específicas.

Tras ello, se eliminó los átomos de manganeso mediante un proceso químico llamado “desalinización”. De modo que solo quedaron los átomos cupríferos puros llenos de diminutas cavidades a microescala y nanoescala en su superficie.

Según Jackson Leigh Smith, líder del grupo, el cobre se compone de cavidades a microescala en forma de peine. “Dentro de cada diente de esa estructura de peine hay cavidades a nanoescala mucho más pequeñas”, explica el desarrollador de la nueva superficie de cobre.

Pero, eso no es todo, ya que este patrón también hace que la superficie sea súper hidrófila. Así, el agua yace sobre ella como una película plana en lugar de gotas.

“El efecto hidrófilo significa que las células bacterianas luchan por mantener su forma mientras son estiradas por la nanoestructura de la superficie; por otro lado, el patrón poroso permite que los iones de cobre se liberen más rápido”, afirmó Smith.

Finalmente, indicó que, precisamente, esos efectos combinados hacen que la superficie de cobre sea tan efectiva contra las bacterias; pues no solo causan la degradación estructural de las células bacterianas, haciéndolas más vulnerables a los iones de cobre venenosos; sino que también facilitan la absorción de iones de cobre en las células bacterianas.

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