Wood Makenzie: objetivos climáticos no se cumplirán con actual inversión minera

El grupo de investigación y consultoría Wood Makenzie (WoodMac) dice que la transición energética global presenta un desafío de suministro minero casi inalcanzable; que requiere importantes inversiones e incentivos de precios.

En su último informe, titulado ‘Metal rojo, demanda verde: el papel crítico del cobre para lograr el cero neto’, WoodMac encuentra que se necesitarán 9,7 millones de toneladas de nuevo suministro de cobre durante diez años; lo que equivale a casi un tercio de consumo refinado actual, si la industria debe cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de contener el calentamiento global a 1,5 ˚C por encima de los niveles preindustriales.

El director de investigación de mercados de cobre de WoodMac , Nick Pickens , dice que el papel fundamental del cobre en la transición energética es indiscutible. “Lo que requiere atención urgente es la atracción significativa sobre los proveedores actuales y potenciales del metal, y la inversión requerida”, agrega.

Para cumplir con éxito los objetivos de cero emisiones de carbono, la industria minera necesita entregar nuevos proyectos con una frecuencia y consistencia nunca antes logradas.

Wood Makenzie afirma que alrededor de 17 millones de toneladas de producción anual de cobre están en proyecto; sin embargo, en realidad, algunos de estos proyectos no se han desarrollado debido a la mala economía u otros obstáculos para aquellos que pueden ofrecer un atractivo retorno de la inversión.

“En teoría, los precios más altos deberían alentar la sanción de proyectos y más oferta. Pero las condiciones para entregar proyectos son desafiantes, con obstáculos políticos, sociales y ambientales [que son] más altos que nunca.

“Por ejemplo, las licencias sociales y ambientales para operar están resultando difíciles de alcanzar en los principales países productores, incluidos Chile y Perú”, explica la directora de investigación de WoodMac, Eleni Joannides .

Volumen de proyectos de cobre

En la primera mitad de 2021, el volumen de proyectos de cobre comprometidos totalizó una producción promedio de 260 000 t/a; que está muy por debajo del millón de toneladas al año requeridas para cumplir con una transición energética acelerada. Elo a pesar de que los precios del cobre están siendo en los niveles más altos en una década.

Asumiendo una intensidad de capital promedio de la cartera de proyectos y teniendo en cuenta el volumen de cobre requerido para lograr los objetivos climáticos, WoodMac estima que se necesitarán más de $ 23 mil millones al año durante 30 años para entregar nuevos proyectos en un escenario de transición energética acelerada , o Escenario de 1,5 ˚C.

Este es un nivel de inversión que solo se vio anteriormente durante un período limitado de 2012 a 2016, luego del superciclo de productos básicos inducido por China.

“Las presiones de costos y los mayores volúmenes requeridos para una transición energética acelerada tienen implicaciones para el precio de incentivo de la industria”, dice Pickens.

Bajo este escenario, el precio del cobre necesario para satisfacer la demanda aumenta sustancialmente a $9 370/t, o $4,25/lb, en términos de dólares constantes de 2022, en comparación con $7 716/t, o $3,50/lb, en el escenario base de limitación calentamiento global a entre 2,2 ˚C y 2,4 ˚C para mediados de siglo.

En teoría, este aumento de precios sería suficiente para cerrar la brecha de oferta y mantener el equilibrio del mercado.

Chatarra de cobre

En el escenario de transición energética acelerada de Wood Makenzie, o escenario de 1,5 ˚C, la chatarra tiene un papel más importante para ayudar a satisfacer la demanda futura, pero no resolverá el desafío general del suministro.

El analista principal de WoodMac, Bhavya Laul , afirma que el cobre ya depende sustancialmente de la economía circular, con más de un tercio del consumo derivado de fuentes secundarias.

La consultora estima que, para 2050, podría llegar al 45% y, con mayores tasas de reciclaje, la contribución podría ser aún mayor.

Energía renovable

La demanda de cobre bajo en carbono durante los próximos 20 años equivale al 60% del tamaño actual del mercado, estima Wood Makenzie.

La adopción de vehículos eléctricos (EV) representa el 55% de esta demanda, el sector individual más grande que contribuye al aumento de la demanda de cobre .

El segmento eólico marino se multiplicará por siete para 2040 en el escenario de transición energética acelerada de WoodMac , con un aumento de la generación de energía eólica en un millón de toneladas de cobre adicionales al año.

La energía solar también contribuirá a un aumento en la demanda de cobre, y se espera un consumo adicional de 1,1 millones de toneladas al año durante los próximos 20 años bajo una vía de cero neto.

“Se seguirán dando grandes pasos en la transición energética durante la próxima década. Sin embargo, el modelo de WoodMac concluye que la escala y la velocidad de los requisitos para el cobre , un facilitador clave de la electrificación , son exageradas.

“Además, el cobre no es el único participante en esta carrera. Se requiere una política de inversión coordinada para minerales y metales críticos si queremos tener la posibilidad de mantener el calentamiento global en 1,5 °C”, concluye Pickens.